¿Qué es una 'subasta holandesa' y cómo funciona? - AUCBURG
¿Qué es una 'subasta holandesa' y cómo funciona?
La subasta holandesa, también conocida como subasta inversa, cambia fundamentalmente la lógica habitual de las pujas. En lugar de que los participantes aumenten sus ofertas, el subastador comienza con un precio deliberadamente alto y lo va reduciendo gradualmente en incrementos definidos.
El primer participante que acepta el precio actual
Subasta inglesa
De abajo hacia arriba (el precio sube)
El último participante que ofrece el precio más alto
La subasta holandesa, también conocida como subasta inversa, cambia fundamentalmente la lógica habitual de las pujas. En lugar de que los participantes aumenten sus ofertas, el subastador comienza con un precio deliberadamente alto y lo va reduciendo gradualmente en incrementos definidos.
El ganador es el primero que acepta el precio actual, deteniendo así la puja. Adquiere el lote precisamente a ese precio. Este formato hace que el proceso sea muy rápido y dinámico, ya que toda la venta puede durar apenas unos minutos o incluso segundos.
La principal diferencia con la subasta inglesa clásica radica en la dirección del movimiento del precio y en cómo se determina al ganador. La siguiente tabla lo demuestra claramente.
Historia de su origen: de los tulipanes a nuestros días
La subasta holandesa debe su nombre y origen a los Países Bajos del siglo XVII. En esa época, el país experimentaba la famosa "tulipomanía", y surgió una necesidad urgente de un mecanismo que permitiera vender rápidamente grandes lotes de productos perecederos, como las flores.
Las subastas tradicionales eran demasiado lentas para estos fines. Los vendedores necesitaban vender la mercancía en un solo día, antes de que perdiera su frescura y valor. Los comerciantes holandeses idearon una solución ingeniosamente simple: comenzar con un precio alto y reducirlo rápidamente, lo que permitía cerrar tratos casi al instante.
Este sistema resultó ser tan eficaz que se extendió rápidamente y se convirtió en el estándar para los mercados mayoristas de flores, y más tarde encontró aplicación en otras industrias en todo el mundo.
Historia de su origen: de los tulipanes a nuestros días
Ámbitos de aplicación en la actualidad
Originalmente creada para la venta de flores, la subasta holandesa se utiliza hoy en día en los ámbitos más diversos y de alta tecnología. Sus ventajas clave —la velocidad y la capacidad de determinar un precio de mercado justo para productos masivos— la hacen relevante también en el siglo XXI.
Las plataformas modernas aplican activamente este formato de puja. Entre los ejemplos más conocidos se encuentran:
Bolsas de flores. Las mayores subastas mundiales, como Royal FloraHolland en los Países Bajos, todavía utilizan este método para vender millones de flores diariamente.
Mercados de pescado. Se utilizan para la venta rápida de la pesca fresca.
Valores del Estado. El Tesoro de los Estados Unidos aplica una versión modificada de la subasta holandesa para vender sus bonos.
IPO (Oferta Pública Inicial de acciones). Google utilizó este formato en 2004 para su salida a bolsa, con el fin de hacer las acciones accesibles a un círculo más amplio de inversores.
Comercio en línea. Los marketplaces, especialmente en el ámbito de los NFT y los coleccionables digitales, a menudo utilizan subastas holandesas para generar expectación en torno a nuevos lotes.
Ámbitos de aplicación en la actualidad
Psicología de la participación: la emoción y el miedo a perder la oportunidad
Participar en una subasta holandesa es un verdadero desafío psicológico. El comprador se enfrenta a un dilema complejo: ¿comprar ahora o esperar a que el precio baje aún más? Esto crea una tensión única que distingue a este formato de otros tipos de pujas.
El principal factor impulsor para un participante es el llamado FOMO (Fear Of Missing Out) — el miedo a perderse una buena oferta. Todos entienden que si esperan demasiado con la esperanza de obtener el precio mínimo, otro comprador más decidido podría adelantarse.
Este proceso se convierte en un juego de nervios e intuición. Los participantes intentan anticipar las acciones de los competidores y determinar el momento exacto en que el precio ha alcanzado un nivel óptimo para ellos, pero el lote aún no ha sido reclamado por otro. La emoción de la espera y la adrenalina de tomar una decisión instantánea hacen que la subasta holandesa sea atractiva para muchos compradores.
Psicología de la participación: la emoción y el miedo a perder la oportunidad