Fundamentos de la atribución: cómo determinar la edad y el origen de los muebles antiguos - AUCBURG
Fundamentos de la atribución: cómo determinar la edad y el origen de los muebles antiguos
El primer paso en la atribución de muebles antiguos es determinar su estilo. Cada período histórico tuvo sus rasgos, formas y elementos decorativos característicos. El conocimiento de estas particularidades permite acotar el marco temporal de la creación de la pieza y determinar su origen.
Monumentalidad, simetría, simbología militar y egipcia (esfinges, coronas de laurel), caoba.
El primer paso en la atribución de muebles antiguos es determinar su estilo. Cada período histórico tuvo sus rasgos, formas y elementos decorativos característicos. El conocimiento de estas particularidades permite acotar el marco temporal de la creación de la pieza y determinar su origen.
Por ejemplo, el estilo barroco se caracteriza por su robustez, opulencia y abundancia de decoración tallada. En la época del rococó, las formas se vuelven más delicadas y asimétricas, con predominio de tonos pastel y motivos florales. Más tarde, durante el clasicismo y el estilo imperio, los muebles recuperan líneas estrictas y simétricas, inspiradas en modelos de la antigüedad.
La correcta identificación del estilo es la base sobre la que se construye todo el peritaje posterior. Es importante prestar atención a la forma general, las proporciones, el tipo de patas, la forma del respaldo y la naturaleza de la decoración.
Análisis de la construcción y los materiales: lo que se oculta a la vista
Tras el análisis estilístico, es necesario pasar al estudio de la construcción del mueble. Los métodos de unión de las piezas, el tipo de madera utilizada y la estructura interna pueden revelar más sobre el objeto que su apariencia externa. Hasta el siglo XIX, los muebles se fabricaban a mano, lo que dejó huellas características.
Uno de los marcadores de edad más importantes es el tipo de ensamblaje de carpintería. Por ejemplo, las uniones de "cola de milano" en los cajones se hacían a mano hasta finales del siglo XVIII, por lo que las espigas eran grandes y no del todo simétricas. En el siglo XIX, con la llegada de la maquinaria, la "cola de milano" se volvió más pequeña, uniforme y perfectamente idéntica.
Los materiales también juegan un papel clave. Ciertos tipos de madera fueron populares en diferentes épocas y países. Por ejemplo, antes del siglo XVIII se usaba con frecuencia el roble y el nogal, mientras que a finales del siglo XVIII y principios del XIX se puso de moda la caoba. Es importante examinar las paredes traseras y las partes internas de los cajones, donde a menudo se utilizaba madera local más barata (como el pino o el abeto), lo que puede indicar el país de origen.
Tipo de uniones de carpintería (cola de milano manual o a máquina).
Grosor y acabado de las tablas (un grosor desigual indica trabajo manual).
Uso de contrachapado (su uso generalizado no se dio hasta la segunda mitad del siglo XIX).
Tipo de fijaciones (los clavos forjados con cabeza cuadrada se usaron hasta principios del siglo XIX; más tarde aparecieron los tornillos de ranura recta).
Análisis de la construcción y los materiales: lo que se oculta a la vista
Huellas de herramientas: leyendo la historia de su creación
Herramienta
Huellas características
Cepillo de mano
Ligera ondulación en la superficie, pequeñas astillas, lisura irregular.
Sierra de mano
Cortes no perfectamente rectos y paralelos, a menudo con una ligera inclinación.
Sierra circular (desde mediados del siglo XIX)
Corte perfectamente liso con características marcas arqueadas o concéntricas.
Formón, cincel
Pequeñas irregularidades y biseles en los bordes de los elementos tallados, marcas de golpes de mazo.
Cada herramienta deja su marca única en la madera. La capacidad de distinguir estas huellas permite determinar con precisión cuándo y cómo se fabricó una pieza. Los muebles creados antes de la Revolución Industrial llevan exclusivamente las marcas de herramientas manuales.
Las superficies trabajadas con un cepillo de mano nunca son perfectamente lisas. Con iluminación lateral, se puede notar una ligera ondulación o pequeñas astillas. Las marcas de una sierra de mano suelen tener una ligera inclinación y no son perfectamente paralelas. Por otro lado, las sierras circulares y de cinta, que aparecieron en el siglo XIX, dejan características marcas concéntricas o paralelas.
Se debe prestar especial atención a las superficies no acabadas: las traseras de los armarios, los fondos de los cajones. Es aquí donde los artesanos rara vez intentaban ocultar las huellas de su trabajo, y es aquí donde se pueden encontrar las pruebas más claras del trabajo manual. La ausencia de tales marcas en una pieza que a primera vista parece antigua es un motivo serio para dudar de su autenticidad.
Huellas de herramientas: leyendo la historia de su creación
Original del siglo XVIII o copia del siglo XIX: diferencias clave
El siglo XIX fue la era del historicismo, cuando los artesanos copiaron masivamente los estilos de siglos pasados. Una copia de calidad del siglo XIX puede ser muy similar a un original del siglo XVIII, pero el diablo, como siempre, está en los detalles. Para distinguir un original de una imitación posterior, es necesario sumar todos los conocimientos adquiridos.
Los muebles originales del siglo XVIII se crearon como objetos funcionales para la vida diaria. Por lo tanto, presentarán huellas naturales de desgaste: rozaduras en lugares de contacto frecuente (tiradores, reposabrazos, bordes del tablero), reparaciones antiguas pero de calidad y pátina en los herrajes metálicos. El desgaste debe ser lógico y coherente con el uso del objeto.
Las copias del siglo XIX, especialmente las creadas para exposiciones o interiores opulentos, a menudo parecen demasiado perfectas. La construcción puede haberse realizado ya con maquinaria, lo que se delata por los cortes rectos y las uniones perfectas. La decoración puede ser excesiva o no seguir con precisión los cánones del estilo. A menudo, en las copias se utiliza un enchapado más fino o materiales no característicos de la época original.
Superficies y cortes perfectamente lisos, característicos del trabajo a máquina.
Uso de materiales modernos: contrachapado, aglomerado, colas modernas.
Desgaste artificial e ilógico (rozaduras en lugares que rara vez se tocan).
Herrajes que no corresponden a la época o en perfecto estado sin pátina.
Un estado "perfecto" de la pieza que no se corresponde con su supuesta edad.
Original del siglo XVIII o copia del siglo XIX: diferencias clave