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En el mundo del arte y las antigüedades, el precio de un error puede ser colosal. El peritaje tradicional, basado en el análisis estilístico y el estudio de la procedencia (historia de propiedad), es sin duda importante. Sin embargo, hasta el ojo más experto de un historiador del arte puede ser engañado por una falsificación hábil.
En el mundo del arte y las antigüedades, el precio de un error puede ser colosal. El peritaje tradicional, basado en el análisis estilístico y el estudio de la procedencia (historia de propiedad), es sin duda importante. Sin embargo, hasta el ojo más experto de un historiador del arte puede ser engañado por una falsificación hábil.
Es precisamente en situaciones controvertidas, al trabajar con objetos de especial valor o cuando surgen dudas sobre la autenticidad, que los análisis de laboratorio acuden al rescate. Estos proporcionan datos objetivos y científicamente fundamentados que son imposibles de falsificar. Sin ellos, la autenticación de obras de arte de alto nivel es prácticamente impensable hoy en día.
La radiografía es uno de los métodos clásicos que permite, literalmente, mirar debajo de la capa superior de pintura sin dañar la obra. Los rayos X son absorbidos de manera diferente por los materiales según su densidad. Las pinturas a base de metales pesados, como el albayalde, aparecen más claras en la imagen, lo que permite ver detalles ocultos.
Este método es indispensable para identificar una serie de características ocultas. Ayuda a los historiadores del arte a comprender mejor la intención creativa del artista y a detectar intervenciones posteriores.
| Método | Tarea principal | Qué detecta |
| Radiografía | Análisis de la densidad de los materiales | Capas de pintura ocultas, estructura del soporte, restauraciones |
| Reflectografía IR | Detección de materiales a base de carbono | Dibujo preparatorio, firmas, correcciones del autor |
Mientras que los rayos X muestran la densidad de los materiales, la reflectografía infrarroja (IR) se especializa en detectar el dibujo preparatorio realizado con materiales que contienen carbono, como el carbón o el grafito. Los rayos infrarrojos penetran la mayoría de los pigmentos de color, pero son absorbidos por el carbono, haciendo visible el boceto en equipos especiales.
El análisis de este dibujo proporciona información valiosísima sobre la manera de trabajar del artista y puede convertirse en un argumento clave para establecer la autoría. Al comparar el carácter de las líneas y el sombreado con obras de referencia del maestro, los expertos sacan conclusiones sobre la autenticidad. Este método es no destructivo y completamente seguro para la obra.
| Pigmento | Época de aparición | ¿Signo de qué? |
| Blanco de titanio | Después de la década de 1920 | Su detección en una pintura del siglo XIX indica una falsificación |
| Azul de cobalto | Principios del siglo XIX | No puede estar presente en obras de los antiguos maestros |
| Azul de Prusia | Principios del siglo XVIII | Su ausencia en obras de los siglos XVIII-XIX puede generar dudas |
Cada época en la historia de la pintura tuvo su propia paleta, limitada por los pigmentos disponibles en ese momento. El análisis químico de una muestra microscópica de pintura permite determinar con precisión su composición y, en consecuencia, sacar una conclusión sobre la época de creación del cuadro. El hallazgo de un pigmento inventado mucho después de la fecha supuesta de creación del lienzo es un signo seguro de falsificación o de una restauración posterior.
Para el análisis se utilizan métodos modernos como el análisis de fluorescencia de rayos X (XRF), que permite determinar la composición elemental sin tomar una muestra, o la espectrometría de masas para un estudio más detallado de los aglutinantes orgánicos. Estos datos crean una especie de «pasaporte químico» de la obra.
Cuando se trata de determinar la edad de los materiales orgánicos, el análisis por radiocarbono viene al rescate. Este método se basa en medir la tasa de desintegración del isótopo radiactivo carbono-14, que se acumula en los organismos vivos. Después de la muerte del organismo (por ejemplo, al talar un árbol o cosechar algodón), el carbono-14 comienza a desintegrarse a una velocidad conocida.
Es importante recordar que el método determina el momento de la muerte del organismo, no la creación de la obra en sí. Por ejemplo, un artista podría haber utilizado una tabla de madera de un árbol talado cien años antes de pintar el cuadro. Sin embargo, la datación por radiocarbono es una herramienta poderosa para descartar falsificaciones evidentes hechas con materiales modernos.
